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Hoy entrevistamos a Pablo Silva Olazábal
Hoy entrevistamos a Pablo Silva Olazábal
Lit-Pan entrevista a Pablo Silva Olazábal (Fray Bentos, Uruguay, 1964). Escritor y periodista cultural, es licenciado en Ciencias de la Comunicación. Conduce el programa La Máquina de Pensar en Radio Uruguay (SODRE) y ha organizado distintas actividades culturales. Fue uno de los compiladores del libro colectivo Bienvenido, Juan. Textos críticos y testimoniales sobre Juan Carlos Onetti (2007). Asimismo coordinó El libro de Oro del T Cuento Q (2012), primer libro uruguayo hecho con SMS, que reúne 500 minicuentos del concurso T Cuento Q. En no-ficción publicó el reportaje Conversaciones con Mario Levrero (2008; edición ampliada en Chile, 2012; y Argentina, 2013). En narrativa publicó el libro de cuentos La Revolución Postergada (2005), los relatos de Entrar en el juego (2006) y las novelas La huida inútil de Violeto Parson (2012; 2do. Premio Nacional de Literatura, 2014) y El run-run de las cosas (2020). Cuentos suyos integran los volúmenes colectivos Apurapalabra 1 (2012) y Fóbal (2013). Su novela Pensión de Animales obtuvo el 2do Premio de Narrativa inédita en los Premios Anuales del MEC en 2012 y una Mención de Honor en el Premio Nacional “Narradores de la Banda Oriental” de EBO y la Fundación Lolita Rubial en 2013.

Entrevista Diego Alfaro Palma

¿Qué libros te impulsaron a escribir?

Es difícil hablar del impulso que mueve a escribir; es un impulso ciego que viene de lo profundo, a menudo muy torpe. Tiene la fuerza del hambre y la tosquedad del instinto. Quizás en el fondo haya un deseo de recuperar la alegría o de revivir la felicidad que nos dio la lectura de algunos libros.

Sí, puede ser, experimentar la escritura para revivir la lectura. También puede ser algo más ambicioso: escribir para ver cómo se siente leer un libro desde adentro, cuando está naciendo. Acá van algunos que leí hace mucho: El país de las sombras largas, de Hans Ruesch (un corredor de carreras italiano), El Conde de Montecristo, Miguel Strogoff, Cien años de soledad, El Padrino de Mario Puzo, Frankenstein, El silencio de los inocentes de Thomas Harris, Papillon de Henri Charriere, Limonov, de Emmanuel Carrere, Meridiano de Sangre de Cormac McCarthy, El Lazarillo de Tormes, Macbeth, La Puerta de la misericordia de Tomás de Mattos, La novela de Perón de Tomás Eloy Martínez, Nick Carter de Mario Levrero (casi lo primero que leí de él), La fuga de Logan (o Fuga en el siglo 23), los cuentos de Horacio Quiroga, Robinson Crusoe, muchos libros de Italo Calvino y todos los de Borges.

Como la memoria, esta lista cambia cada día.

¿De qué enamorarse y de que no cuando se escribe?

Es sencillo pero no fácil: al escribir me enamoro de todo lo que viene de adentro y trato de evitar todo lo que viene de afuera (ideas, modas, exigencias, ensoñaciones de ser rico y famoso o de que "cuando lean esto los editores se matarán por publicarlo"). El problema es que todo lo que viene de afuera opera desde adentro y puede pasar por algo que efectivamente viene desde adentro. Aunque si uno es sincero consigo mismo, el corazón nunca miente.

¿Tienes algún ritual o rutina a la hora de escribir?

Las rutinas han ido cambiando con el tiempo, pero la idea de que las horas de la mañana son las mejores para escribir sigue en pie. La otra: cuando me tranco, salgo a caminar; generalmente a las pocas cuadras ya sé cómo seguir. Sigo la idea de que no hay que luchar, sino que hay que aflojarse para que la cosa venga.

Leo Maslíah me contó un consejo que le dio a un alumno y que parece un poco zen: "para encontrar hay que dejar de buscar".

 

¿Por qué se publica un libro?

Para pasar al siguiente. Para sacarse un peso de encima. Para ver, asombrado y a regañadientes, qué poco significa eso cuando entramos a una librería con las novedades de los últimos quince días. No importa, estamos aquí por un ratito, aunque ninguno de los escritores lo crea verdaderamente (si lo creyeran, no escribirían libros sino guiones).

 

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado respecto a la escritura?

Uno que sigo menos veces de lo que querría: no le des entrada a lo de afuera. Figura en el libro de las Conversaciones con Mario Levrero y dice así:

"Cuando llegás al punto de que te importa un bledo lo que piensen los demás, ahí es cuando todos empiezan a respetarte y admirarte. La inseguridad nos crea huecos por donde se mete inexorablemente el sadismo ajeno, o sus ansias de dominio. Es inevitable; pasa con las mejores personas (incluso yo siempre estoy fuertemente tentado de herir al débil). Naturaleza humana que le dicen"

Una recomendación a quienes están empezando

Escribir es una práctica, y también puede ser una opción de vida, como ser ciclista, coleccionista de sellos o enfermero vocacional. No se resuelve en un éxito ni se aprende en un solo libro (aunque puedan haber sorpresas agradables). Hay que tejer y tejer confiando en ese segundo cerebro que es la intuición poética; si lo hacemos empieza a hablarnos más alto, y más seguido. Sobre todo practicar la lectura, porque escribir es una forma de leer. (y viceversa). Y como dijo el Maestro Tabárez, no olvidar que el camino es la recompensa.

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