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No robarás y otros mandamientos incumplidos (Reseña)
No robarás y otros mandamientos incumplidos (Reseña)

No robarás y otros mandamientos incumplidos (Qeja Editorial, 2021) de Hugo Emilio Sánchez, Reseña por Micaela Martínez

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En el nombre del padre, del Hugo y del Emilio Sánchez

No robarás y otros mandamientos incumplidos es el libro de Hugo Emilio Sánchez que llega a mi mano y que, por su tamaño cuadrado y pequeño, puedo contener sin que se escape. Lo hojeo, leo su contratapa, dejo pasar la noche, no aguanto. A la mañana siguiente, entro en la tentación: primer pecado. Empiezo a leer sin interrupción. Me dejo absorber/ absolver. No robarás horas a tu trabajo (leyendo), claro.

Entro de lleno en el reino de la poesía de H.E.S como en una conversación de la que te hacen parte sin importar de donde vengas, quién seas. Me encuentro con un H.E. que puede observar y tomar distancia de lo propio, hacia adentro, hacia afuera, hacia todas las dimensiones transitadas, no transitadas, inventadas. Y hacerlo con simpleza, sin rodeos - ¡pum!- la palabra precisa.

Siento palabras compañeras, una cercanía; esa palmadita en la espalda que es abrazo y contención - justa y necesaria, ni más ni menos - de esa persona que te dice las cosas de frente apelando a su experiencia pero sin aires de grandeza.

Me aproximo o tal vez me alejo, no se trata de mediar distancias acá. Voy tocando tierra, bajo unos cuantos cambios y me desconecto del 220 al que ya tendría que estar enchufada: “para ver bien hay que alargar el tiempo”.

Cada poema me deja reflexionando. Un mundo no conclusivo, o un micro- mundo para lxs que intentamos escribir.

Podría crear unos cuantos mandamientos/ máximas - ¡¿y qué si esto es robar?! - de esta lectura voraz. Acá van, con la absolución del spoiler:

  • Está bien no tener todo claro, ser el error, los errores, no pensarlo todo. Permitirse… ser, lo que salga, como salga, no juzgar con las reglas inventadas.
  • Sin palabras no existimos. Está bueno quedarse sin palabras. Dejarlas por un rato. Siempre llegan, como sea. Mejor que lo hagan en forma de pregunta.
  • Escribir no es fácil. Nada nuevo bajo el sol, pero está bueno volver a esta frase que suena de autoayuda. Porque intentar es lo que vale, adentrarse en esa búsqueda personal, no desistir. “Un cuaderno sin hojas está lleno de poesía”.
  • Todxs lxs poetas son personas como unx. “Mirá José (Watanabe)...”. Pienso que está bueno, vernos a todxs en un mismo terreno, unx que a veces eleva a sus poetas.
  • Todo y todxs nos dejan algo. Todxs dialogamos aunque no podamos escucharnos ahora, ni mañana. Siempre algo queda. Algo nos llevamos. Algo seguimos compartiendo.
  • Una palabra diseccionada, a veces está y a veces hay que esperarla.
  • Mejor quedarse con las preguntas. Mejor hacerlas. Mejor no tener respuestas.

“las preguntas/ abren puertas/muchas puertas/ para que accedas/ a muy pocas /certezas”

  • La felicidad puede estar en hablar con la vecina.

- ¿Cuánto le ponés?

- Siempre me incomoda esta parte.

Mi vara (excluyente) incluye: la posibilidad de volcar mi experiencia, sentirme identificada, varias fibras tocadas, cruzadas, la incomodidad en algunos momentos, las ganas de escribir generadas, de agarrar libros, de buscar más autores, de leer, de marca frases con lápiz (que no pude hacer porque este libro tiene que seguir circulando por el Taller - es nómade per se-), subrayar, dibujar signos de exclamación, círculos, corchetes, de robarle…Me quedo con “una porción / de poesía tolosana/ a la piedra”.

Post lectura - ¡Dios salve al autor! (Gombrowicz dixit) - busco a la persona detrás del libro. Impactante. Invito a indagar un poco más… Y sumo esta cita: “sólo nos queda hacer/ actos de vida”.

Amén.

Micaela Martínez nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1988. Estudió Relaciones del Trabajo en la UBA y fue docente. Le apasiona el agua en todas sus versiones: participó en nado sincronizado, nadó en aguas abiertas, navegó y fue guardavidas. Su primer libro de poemas: Aterrizar de pie (Litoral Dark, 2022).

Instragram: @micus.mar

 

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