Libros de Otres

Jean Lorrain, pseudónimo de Paul Duval, nacido en 1855 fue un escritor de nacionalidad francesa, poeta, cuentista y novelista asociado a los movimientos simbolista y decadentista de su época.
A lo largo de su vida, y a la par de su escritura, se caracterizó por una insistente voluntad en la conmoción y el escándalo: habitué de la bohemia parisina de finales del siglo XIX, esteta y explorador de los vicios del momento, hizo carne del dandismo y vivió su homosexualidad abiertamente.
La intensa pasión de Lorrain por el éter, el láudano, la morfina, el cloroformo, el opio -pero también por el alcohol, el sexo, el ocultismo y, por qué no, la Literatura- termina en una muerte dolorosa en el año 1906 luego de derroteros médicos por múltiples afecciones.
Relatos de un Bebedor de Éter (1885) entronca en una profusa tradición de textos alimentados por una doble vertiente: por un lado, la atmósfera romántica y postromántica, llevada a su límite en las formas decadentistas de un flaneur degradado; por otro, una literatura visceral, turbada, y a veces fragmentaria, propia de la toxicomanía.
La literatura de Lorrain, y en particular este volumen de relatos, comparte vasos comunicantes con las Confesiones de un opiómano inglés (1822) de Thomas de Quincey; y a su vez le otorga un lugar distinguido en ese círculo de autores que hoy seguimos llamando como “malditos” y que, en su gran mayoría, estuvieron signados por el consumo, la locura o el suicidio: Charles Baudelaire, Théophile Gautier, Alexandre Dumas, Lord Byron, Percy Shelly, Jean Arthur Rimbaud, John Keats, Samuel Taylor Coleridge, Edgar Allan Poe, entre tantísimos otros y otras.
La de Lorrain es una escritura exaltada, repleta de misterios y figuras mesmerizantes: un estilo que intensifica el efecto desconcertante de los cuentos. En cada relato nos convida lo lúgubre y fascinante del mundo, a través de los ojos de un eterómano: la noche, los monstruos, las máscaras, los seres en ruinas, caricaturas mórbidas, el “mal gusto” enarbolado como una bandera, la violencia, lo tabú, el suicidio, lo sobrenatual. Todo aquello que pertenece a la imaginación y a la fantasía; pero también a lo “real” de un sistema nervioso al borde del colapso, o ya colapsado, inmerso en la paranoia y la alucinación.
Lo particularmente atrapante de estos textos es la manera en que ficción/ realidad, insanía/“normalidad” reverberan en un umbral cada vez menos distinguible. El éter está presente, o es sugerido, casi en sinestesia: así, lo doble, lo siniestro, la mirada espejada y la continuidad hacia el delirio proviene de la sustancia, pero la excede.
“Los paraísos artificiales”, en términos de Baudelaire, abren las puertas a un inconsciente desatado, radicalmente perturbado y Lorraine construye, gracias a esto, magníficos relatos fantásticos; pero, también, realiza un meticuloso trabajo en el registro de su adicción.
Relatos de un Bebedor de Éter, una piedra preciosa dentro de la literatura decadentista.
Antonella Paltrinieri Fissore, es poeta, performer, Lic. en Letras modernas (UNC) y Tec. en Corrección Literaria (UNC), docente nacional de nivel medio.
Ha sido seleccionada y premiada en convocatorias y concursos nacionales e internacionales. En los años 2014 y 2015 obtuvo mención en el IV y V Concurso Nacional de Poesía: “Taller Latinoamericano de Poesía Fundación Pablo Neruda” [FFyH (UNC) y FPN de Chile].
En el año 2017 publicó su plaqueta Summoning o conjuros para una noche que se avecina, por el Taller Perronautas; y en el 2022 su fanzine Datura Stramonium o una higuera para llegar al Infierno, por el Taller Inalmew.
Ese mismo año consolidó, junto a Suyay Ramos, el proyecto HIFAS CRUCE VIDEOPOÉTICO el cual intersecta producciones de ambas artistas: Lo que supimos preguntar en la orilla es su primer volumen de videopoesía.
También es parte de numerosas antologías, ediciones colaborativas, fanzines, revistas analógicas y digitales en Argentina, Chile, México y España.
Participa activamente desde el 2011 en diversos espacios culturales y artísticos cordobeses.
Desde el 2019 amplía su propuesta a través de la danza, la performance y el videoarte. Aborda sus acciones desde una perspectiva ritual en la que conjura una poética de lo liminal: (ni) palabra/movimiento, (ni) muerte/vida.
IG: @a.n.t.o.n.e.ll.a.p.f