Bibliotecas Ajenas
- ¿Tu biblioteca está ordenada de alguna manera en especial? ¿Seguís algún patrón? ¿Cuál?
Trato de categorizar por género, pero muchas veces ordeno sectores o estantes por estados de ánimo, autores “amigos”, o bien lecturas que me acompañaron en un momento, y entonces no quiero separarlas en mi biblioteca. Las dejo ahí, hermanitas, juntas, disponibles como un kit de determinada cosa. Por ejemplo tengo juntos Los días se volvieron ceniza, de Nina Ferrari, El mal amor de Sbarra y Los llanos de Federico Falco por empatía temporal o Mujeres de Galeano con Recetario Panorámico de Gabo Ferro porque me acompañaron en un viaje, no hay otra correlación entre ellos más que mi línea de vida, pero es absolutamente arbitrario para un tercero.
También me gusta exhibir a veces alguna portada, así que voy recambiando protagonistas como una suerte de sector novedades.
- ¿Marcás los libros? ¿Con qué?
Siempre con lápiz. Pero sí, los marco. Siempre siento que voy a tener que volver ahí.
- ¿Prestás los libros?
Tiene que ser sumamente necesario. Tengo miedo de perderlos.
De los libros que tenés en tu biblioteca, ¿cuál es el que más regalaste?
- No tengo un título, pero sí he regalado muchas veces Paul Auster, e incluso me he animado a prestar! Me regalaron, me han prestado también. Con Paul Auster el universo siempre me atraviesa, o me dejo atravesar, no sé. Una de mis amigas me regaló su Noche del Oráculo solo para practicar el desapego y yo le regalé a mi viejo Brooklin Follies, y casualmente, fue su última lectura. Alrededor de Auster siempre pasan cosas.
- ¿Sos de deshacerte de los libros que ya leíste?
No si fueron trascendentes, si sé que tienen que formar parte de mi espacio vital.
En mi última mudanza armé una caja con libros, le puse un cartel que decía “agarrar solo uno” y la saqué a la calle. Estoy segura que hice feliz a varias personas ese día, pero claramente eran libros que no me importaba demasiado conservar, así que no es un gesto tan altruista en realidad.
- Si tuvieras que agarrar un libro de tu biblioteca ahora para compartirnos en este momento, ¿cuál sería y por qué?
Acabo de terminar de leer Tres luces de Claire Keegan. Me conectó mucho ese modo de contar honesto, directo, económico pero sumamente contundente desde lo simbólico.
- ¿Cuántos libros tenés en tu biblioteca?
Nunca los conté. No sé. A veces siento que son muy pocos, otras me conformo, sobre todo esos días que les pido a mis hijos que me ayuden a ordenar y limpiar. Ahí siento que brilla un poquito más.
- Tu biblioteca es…
Mi biblioteca soy yo y mi árbol familiar. Para atrás y para adelante.
Mi nombre es Daniela Noceti, soy Licenciada en Ciencias de la Comunicación, desde siempre escribo, cuando empecé a salir al mundo mis lecturas y mi música fueron el secreto mejor guardado. A los cuarenta dejé la ciudad y me fui a vivir a la Patagonia. Me traje muy pocas cosas de mi historia de vida. Tres cacerolas, un cuarto de mi ropa, casi ningún mueble pero viajaron doce cajas de mudanza con mis libros.
En septiembre publiqué una plaqueta de poemas por Ediciones Desmesura, de Bariloche. Mi primer poemario de poesía breve, Amuletos lingüísticos, es publicado por Halley Ediciones.
